Durante
la sesión de ayer surgieron grandes reflexiones grupales que espero poder
plasmar aquí.
En
primer lugar nos preguntamos cómo creemos que se debe evaluar esta asignatura,
y todas pensamos que lo ideal no es evaluar sino valorar el trabajo y esfuerzo
que se ha ido haciendo día a día. Sin embargo, a los profesores se les exige
poner una nota numérica que “refleje” de alguna manera el proceso que hemos
llevado a cabo; basándonos en esta idea, creemos que sería conveniente evaluar,
en primer lugar, la asistencia y participación a los talleres, vista como el
respeto hacia el compañero que ofrece el taller más como la obligatoriedad de
asistir a él.
Este
punto lo consideramos importante ya que ha habido personas que por tiempo o por
falta de recursos no han podido ofrecer ningún taller, pero muchas de ellas han
mostrado respeto por sus compañeros y han asistido y participado con gran
interés en todos.
Otro
punto a evaluar sería la realización de algún y taller y la preparación que
éste tenía, ya que algunos compañeros se han documentado y han ofrecido
información extra para ampliar la proporcionada en el taller. En otros casos,
como el mío, hemos ofrecido simplemente una experiencia que no requería información documentada.
Como
resumen de la evaluación, realización de algún taller, asistencia y
participación en cada uno de ellos.
Otra
de las reflexiones importantes que hicimos fue que, al menos para las 4
personas que estábamos juntas, el proyecto en su conjunto ha sido muy
beneficioso. Coincidimos en que quizá no ha sido un proyecto marcado por
objetivos o por una línea de acción continuada, pero sí han sido talleres que
nos interesaban y que nos ofrecían un momento de relax y evasión de todas las
tensiones que acumulamos en otros entornos. Hemos aprendido a coser muñequitos,
a bailar ball pagès, a cantar, a
hacer algún que otro pastel, nociones de retoque fotográfico…son aspectos que
quizá no te interesan a diario, pero que están diseñados por compañeros con la
única finalidad de divertirnos y aprender riendo.
Personalmente,
he disfrutado mucho asistiendo a todos los talleres, no sé si por la ilusión de
hacer cosas diferentes o porque realmente me interesaban cada uno de ellos.
Por
último, nos sorprendimos nosotras mismas de la reflexión que voy a citar a
continuación: empezamos hace 4 años siendo un grupo compacto, respetuoso con
cada uno de los integrantes y con ilusión; ahora nos damos cuenta de que por la
influencia del entorno nos hemos convertido en todo lo contrario, gente
desperdigada, sin ilusión por la carrera y poco respetuosos con cada uno de
nosotros, y lo que más tristeza nos da es que no hemos llegado a conocernos
como un grupo reducido de gente podría llegar a hacerlo. Deberíamos dejar a un
lado la presión por alcanzar notas altas, valorarnos a nosotros mismos por
nuestras capacidades y valorar al resto, aprendiendo a conocerles.
Somos
un grupo con talento, con grandes ideas y proyectos…independientemente de la
nota, yo me quedo con eso.